REFERENCIAS
VIDA COTIDIANA
Un título tan largo como “Tal vez la noche
me redima” lo resumo mentalmente con las dos palabra que abren
esta columna, pues de eso trata la novela con la que Juana Pinés
Maeso ganó el Premio Provincia de Guadalajara de Narrativa 2011,
publicada por la Diputación. Pero nos puede surgir la pregunta: ¿Qué
es y contiene la vida cotidiana cuando vivimos en un mundo tan
variopinto y singular, aunque no tan distinto a otros de épocas y
latitudes diferentes? La autora nos va describiendo, con una catarata
de palabras que más podríamos pensarlas provenientes de su boca que
de su pluma, la peripecia vital de una mujer madura enfrentada a una
realidad trágica desde la que hace recuento de sus días, cargados
de sueños, realizados o no, ilusiones, miedos y obligaciones.
Desde su pequeño universo del presente despliega
ante el lector toda su vida y, con ella, la de los otros protagonista
que hacen aparición en estas páginas, en las que caben un hijo
adolescente, el recuerdo de una madre, la presencia cómplice y
respetuosa del padre, un pequeño negocio y los círculos que se van
abriendo a su alrededor a través de los que vamos conociendo
referencias de otras familias en las que los valores y prejuicios no
siempre responden a lo que podríamos esperar. Pero, sobre todo, es
el escenario en el que va desnudando su alma y vaciando su corazón,
en el que ha ido acumulando intuiciones, seguridades y certezas, de
lo que no le hubiera gustado conocer ni vivir, aunque todo ello haya
llegado cuando con más ahínco buscaba la felicidad y, desoyendo los
avisos de su entorno, se entrega sin escudos protectores ni caminos
alternativos de retirada. Todo se desata tras una llamada de teléfono
con la que le comunican que su marido ha tenido un accidente de
tráfico y que está hospitalizado con un diagnóstico incierto. Ella
irá sabiendo, en las sucesivas visitas, que no iba solo, que nada ha
cambiado a pesar de sus reiteradas promesas de fidelidad, que…
A la manera de “Cinco hora con Mario”,
pero sin esperar a que el marido esté de cuerpo presente, irá
desvelándonos sus frustraciones, renuncias y ganas de seguir
viviendo. Hay mucho de autobiográfico en esta obra, como suele
ocurrir en las primeras de todo escritor, aunque en ningún momento
podamos superponer pasajes concretos de la realidad y los plasmados
en estas páginas.
Un lenguaje ágil, musical, rico y detallista
podemos ir encontrando en este libro en el que, como decimos al
principio, no siempre es fácil sustraerse del ritmo y la voz de
Juana, aunque seamos consciente de que estamos leyendo lo escrito por
una amiga.
Esteban Rodríguez Ruiz
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