sábado, 15 de junio de 2013

COMENTARIO LIBRO "CENICIENTA NO QUIERE UN PRÍNCIPE AZUL"

14 de junio de 2013

Cenicienta no quiere un príncipe azul

Sentir que las heridas esconden "mundos contrarios", paraísos llenos de soledad.
Entre todos, prefiero sugerir leer poemas que saben unir cosas necesarias: verdad, ilusión, sencillez, compromiso, denuncia... Creaciones de nuestros poetas, como Presentación Pérez González, natural de Villanueva de los Infantes y compañera del Grupo Literario Guadiana de Ciudad Real, donde trabaja y reside desde 1986.
Autora de varios libros inéditos y dos publicados: “De un tiempo a esta parte” (Diputación de Ciudad Real, 2010) y “Cenicienta no quiere un príncipe azul” (Nº 27 Colección Bibliográfica “Manxa”, 2013). El primero tuvo favorables críticas y “Cenicienta” luz suficiente para cegar injustas diferencias sociales, malas costumbres arraigadas en dominios acotados. Se presentó junto al Nº XLVII de la revista “Manxa” (Invierno-Primavera, 2013).
Es un honor dedicar merecidos elogios a los aciertos reseñados por una prologuista de lujo, Natividad Cepeda. Habla muy claro -de mujer a mujer-, sin temblar su voz: “... aborda el tema del ideal soñado femenino, escrito casi siempre desde la visión masculina, y explotado hasta límites insospechados en películas y series televisivas del príncipe azul, deshaciendo con su verso ese espejismo...” (p.5)
 “Presen” abre sus ojos, “fieramente humanos”, y caen lágrimas sobre las hojas del cuaderno, donde nacen 20 poemas libres: imaginación y memoria cogidas de la mano. “Cenicienta” simboliza perdidos valores, idénticos a los que busca Pablo Milanés en su bella canción, también interpretada por Nacha Guevara: “Yo no te pido que me bajes/ una estrella azul/ sólo te pido que mi espacio/ llenes con tu luz.
Silente clamor, humilde música, ventanas abiertas para sentir que las heridas esconden “mundos contrarios”, paraísos llenos de soledad: “... mendigando ternura,/ versos, una palabra/ que aminore tanto trajín/ de límites y vuelo,/ de rabia en disimulo,/ de huracanes sin agua:/ viento, tan sólo viento.” (p.13)
Elegir mágicas rutas para viajar solos, es triste. Debemos mirar en la distancia y ser capaces de reconocernos a nosotros mismos: “El pasado será memoria/ para reconciliarse contigo,/ y poder entender/ que de las ascuas mortecinas/ se puede alimentar el fuego.” (p11)