CIUDAD
CENTRAL
Carlos
Losada (Madrid, 1975) es el autor de la novela cuyo título he
utilizado para encabezar esta columna. Es la primera de sus obras que
consigue ver la luz, fruto de la decantación de otros proyectos que
no tuvieron la misma suerte.
Ciudad
Central, el escenario en el que se desarrollan los hechos, es
algo más que una urbe concreta habitada por personas que intentan
conjugar su vida cotidiana y los pequeños acontecimientos que
aportan ese puntido de felicidad particular, con proyectos más
ambiciosos que no siempre encuentran un camino libre de obstáculos,
puestos por los que, desde la sombra, mueven los hilos a través de
otros que se piensan protagonistas y que no pasan de ser meros peones
de la interminable partida que se juega sobre un tablero de ajedrez.
La
pragmática se sustantiva en un personaje que maneja la prensa, la
gran industria, los negocios…, frente al que se sienta otra figura
que se atreve a plantarle cara contra todo pronóstico y probabilidad
de éxito valiéndose de la “confianza en el ser humano y en su
capacidad para pelear por su dignidad”.
Entre los
dos signos que abren y cierran ese paréntesis, un conjunto de
personajes que con sus ambiciones y sueños van configurando una
trama en la que podríamos reconocer los días vividos por nosotros
mismos en estos tiempos convulsos en los que casi nada es lo que
parece y abundan los ambiciosos que se prestan a representar papeles
secundarios, consciente o inconscientemente, pero que resultan
fundamentales para definir estrategias y llevar a cabo las acciones
que harán posible que el “gran plan” resulte jugoso y rentable
para el que nunca dará la cara o, si lo hace, será de forma
absolutamente engañosa.
Policías
vocacionales junto a otros corruptos, mafias que se reparten el
territorio y los tiempos para conseguir su parte de botín a cambio
de ser “útiles”, héroes anónimos, profesionales ambiciosos,
historias de la Historia…, todo narrado con una prosa ágil y
cuidada que nos va presentando los datos necesarios para mantener el
interés, la intriga, la emoción…, y prolongar la acción a lo
largo de más de trescientas páginas.
Diálogos
fluidos, directos, reflexiones en silencio, notas de prensa,
comunicaciones televisivas, mensajes, blog..., se suceden para hacer
creíble la propuesta y dar vida a esa ciudad cuidadosamente trazada
por el autor en una de las primeras páginas del libro. Barrios,
parques, instituciones, establecimientos comunes que se mezclan con
otros de dudosa legalidad, un plan ambicioso, una Ley de Ordenación
Social que aspira a estratificar y perpetuar el negocio. Todo,
incluso el intento de lucha no violenta contra el sistema, se da cita
en esta obra recomendable que nos llega en otoño, una época
propicia para la lectura pausada.
Esteban Rodríguez Ruiz
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