Oh Ana,
te echo de menos, tanto,
tanto de menos;
tu silencio cegó mi mano,
como lepidóptero congelado,
mariposa de cristal
que ya no vuela;
tu antes suspiro
ahora quema, quema porque
ya no estás viva, sino fría,
fría como lepidóptero congelado,
mariposa de cristal
que ya no vuela.
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