Se marchitó el amor y ya no brota
como lo hacía ayer de un modo llano,
de igual forma en invierno que en verano,
perdió fuerza el caudal, mucho se nota.
Hoy aunque deja ver alguna gota,
se muestra diferente, en otro plano;
y el pensamiento aflora de la mano
de la memoria, que a su ayer azota.
Le empuja a rebelarse de manera
que todo lo de adentro saque afuera,
pero el paso del tiempo se lo impide.
Lo marchito se niega a verdear,
su cabeza no logra levantar;
y la razón le invita a que lo olvide.
¡LO QUE PASÓ, PASÓ, Y YA ES PASADO;
Y AHÍ SE DEBE QUEDAR ARRINCONADO…!
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