domingo, 15 de septiembre de 2013

EL GRUPO ARTÍSTICO LITERARIO "EL TRASCACHO"


PUÑAO” Y VERSOS

Un año más, el Grupo Artístico Literario “El Trascacho”, de Valdepeñas, celebró su “Limoná de Versos Alcaidianos”, la 39 ya, y la ha dedicado a recordar el paso del poeta por Mouruás (Orense), en donde ejerció como Maestro Nacional los años 1931 a 1934.
“Era una mínima y remota aldea en San Juan del Río, comarca de Tierra de Trives, de la Galicia profunda. Era un punto minúsculo en el mapa de Orense. Era un maestro de los del alma ancha y los ojos volcados en la penuria de la gente. Mouruás era la aldea; Juan Alcaide el maestro”, nos dicen, resaltando que fue una etapa fundamental en la vida y obra del poeta, pues allí, en esa “aldea galaica y celta…, se le visten sus ojos de otras sensaciones distintas a las que estaba acostumbrado su espíritu. La húmeda, sombría y lenta Galicia, desplaza la luz arisca de La Mancha, poniendo sus notas características. Aquella ternura que le procuraba la Galicia profunda, fue causa y provocación para que no se apagara la necesidad de escribir”.
Otra vez la campana encabeza un manojo de poemas con tono distinto al acostumbrado, y dos obras de teatro, inéditas: Lo que se lleva el camino y La luz lejana, siguen en la línea. En cualquier caso, en Galicia, o en La Mancha, Juan siempre será el mismo soñador entregado, íntimo e intenso, como reflejan los versos de esa época. “La luz se hace de miel. La sangre deja/ su camisa de sombra, y se abermeja./ La espiga de los dientes, se desgrana./ Desgrane el fervor, precioso trigo/ sobre el aire gimiente y andariego:/ -Aunque sea, Señor, como castigo,/ siembra en mi voluntad matas de espliego./ ¡Para aromar su brasa a mi enemigo!”. Y se mimetiza con el medio: “Ser como tú, castaño, este árbol mío/ que se me va del suelo y se me astilla./ Llevar envuelta el ascua en hierro frío./ La carne, de madera, y dentro, un río/ de sangre verde, cobre y amarilla”.
Quedan pinceladas concretas en sus poemas, “postales” dedicadas a las ciudades principales: La Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra, Santiago de Compostela... Y de sus gentes, sus alumnos: “¡Discípulos fuertes e ingenuos que lleváis vuestra tierra/ espejada en los ojos sencillos!/ …/ Llevaréis a la orilla lejana vuestro heroico mensaje de vida./ Y en la clara sonrisa con que besen el aire vuestros labios celtas,/ hallarán las mujeres exóticas un tranquilo piropo de España”.
Con los versos de Juan, descubrimos Galicia, plural, hermosa, mítica y misteriosa. Con un intento de queimada, el conjuro de las meigas y el brujo del aquelarre, el “puñao” y una conseguida “limoná” bebida bajo el cielo estrellado del mes de julio, se cerró una noche mágica, una más.

Esteban Rodríguez Ruiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario