jueves, 23 de mayo de 2013

REFERENCIAS




¿PRESUPUESTO?

Hace unos días, el veintitrés de abril, con motivo del Día del Libro, y como viene haciendo año tras año, el Grupo Literario Guadiana puso su “ofrenda floral”, esta vez un ramo de laurel, a los pies de la estatua de Don Miguel de Cervantes que se encuentra en la plaza del mismo nombre de nuestra capital. Ésta es una tradición que intentamos mantener viva. Suele ser un acto sencillo en el que nos reunimos para leer unos párrafos de “El Quijote” y algún poema, a la vez que dejamos el “detalle material”.
Antes, este rito solían compartirlo, a distinta hora, bien es verdad, otro grupo ya desaparecido, la “Asociación Cultural Quijote 2000” y el propio Ayuntamiento. El primero, por razones obvias, y el segundo, por, seguramente, tener cosas más importantes en que ocuparse, llevan un tiempo sin hacer acto de presencia. Nada que objetar. Pero unos días después de lo referido, una persona me comentó que se notaba que el Ayuntamiento tenía dificultades económicas, pues en lugar de poner la tradicional corona de flores o laurel había colocado un simple ramo. No pude reprimirme y formulé las aclaraciones pertinentes, pues además, en la cinta que iba como acompañamiento y adorno dice claramente quién lo ha depositado.
¿Es un tema importante y de la suficiente relevancia como para ocupar el espacio de esta columna que suele procurar aportar algo significativo? No estoy del todo seguro, pero creo que, a veces, pequeños gestos revelan mucho más que grandes acciones y eso, en sí mismo, puede tener la suficiente fuerza como para dedicarle un “ratillo”.
No es cuestión de presupuesto, mire usted, pues euros parece que hay cuando incluso los vamos a gastar en “estropear” los jardines del Prado, ese espacio simbólico que nos queda; es un problema de sensibilidad, terminé por decirle a mi interlocutor. No sé si entendió mucho de lo que intenté comunicarle, pues su cara evocaba más el pasmo que la comprensión, pero merecía la pena el esfuerzo.
Es verdad que no corren buenos tiempos, y no sólo para la “lírica”, pero esto no justifica que podamos permitirnos descuidar lo que le da el toque diferencial, distintivo, a cada uno de los días, aun en momentos especialmente aciagos, y no creo que estos lo sean, aunque empeño están, o estamos, poniendo para lograrlo. Mas, precisamente por ello, es necesario reivindicar lo posible y no pasar por alto lo que tiene importancia, por muy nimio que pueda parecer. Cuidar y alimentar los ritos culturales que están más allá de ideologías concretas, pero que en ningún caso son asépticos, tiene su peso en el sentido que deseamos dar a la vida cotidiana.
Esteban Rodríguez Ruiz

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